El otro día pensaba que no es justo que someta mis deseos más profundos y sinceros al antojo de los que me rodean y que me reprima las cosas que quiero hacer por privación pudor o miedo, como por ejemplo abrir el placard o subirme a uno de los cajones y probarme toda la ropa o no probarme nada y tirarla toda al piso y jugar con el bretel del soutien rojo o las medias azul petróleo. Es re de mal gusto que no respeten los deseos personales aunque es cierto que también es feo no respetar los deseos ajenos y yo creo que a veces es difícil la conjunción entre lo que una quiere y lo que los otros quieren que una quiera que no siempre coincide con lo que ellos quieren ¿no? Y al revés también. ¡Qué difícil! Yo sólo quiero ser feliz y quiero bailar y dormir todas las siestas que quiera y quiero cantar y soñar y viajar, y quiero mi vida sana y quiero que me conozcan y quiero conocer y quiero querer.
¡Quiero! ¡quiero! ¡quiero! ¡quiero!
Bueno, chau.
28/5/07
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario